Es un atrapa-corazón, uno de los cuales no se toma bastante en serio

A pesar de haber oído historias y relatos de sus  encantos poderosos,

Tantos duros viajadores ya experimentados cayeron en sus redes

Entre las curvaturas femeninas de sus cerros y su ternura marina.

Por la misma atracción, hombres y mujeres de todo Chile

Salieron de sus tierras por no resistir más el hechizo de vivir allí

A donde el marinero maneja la lancha de sus vidas y que, desde sus pechos

Grita “allá esta Pancho!” mostrando esta joya del Pacifico con el dedo.

 

Yo mismo soy unos de esos viajeros, perros de libertad y buscadores insaciables

Quien aprendió en los caminos el milagro, las maravillas y que no hay casualidad,

Y quien a la hora de ponerse en marcha para otras tierras fértiles, otro puerto,

Acepta sonriendo que le costará paciencia para entender porque también se quedó.

 

Raphael, Aout 2010